Tengo que adherir a un estricto horario de mantendiéndome bañado, porque tiendo a no duchar si mi estado de ánimo esta de una cierta manera. Así que, aquí voy, lo primero que hago en la mañana… Me quedo en la cama… y especulo mi estrategia en la ducha. Miro el techo y me estremezco ante mi destino. Mi destino de rendirse a la sensación y el sonido de la ducha. De mí, ahí de pie en el centro de la misma. El sonido de la ducha gritando en mi piel. Que gacho que la ducha quiere duchar conmigo.
El sonido de la ducha para empezar corta el silencio de la mañana. El vapor de la ducha aturde mi cara y me quedo mirando la tina, en el espacio, en la cabina, en el vapor y en la ducha aquí caigo. Lloriqueando suena se escape de mis labios como el agua me traga en pedazos. El agua golpea mi piel con el sonido de “CH,” un “D,” y “G” duro. Rayas en sonidos cacofónicos rápidos y estridente. La direcciôn de cada gota conduciendo el mismo abajo escudrinando mi superficie, robando miradas del precipicio que es mi cabeza a mis dedos que descienden hacia la drenaje.
Que horrible sensacion!
LikeLike
Jajaja. Sí, pero también un poco gracioso. La primera frase es el más divertido.
LikeLike